Gracias al internet, hoy en día se abren nuevas formas de trabajo que quizás eran impensables hace 10 o 20 años, pues desde la comodidad de un computador, alguien puede administrar una pagina web de una empresa que esta en Alemania, editar un video para un YouTuber noruego, o realizar ensayos y planos de ingeniería civil para un ingeniero que este en Chile, sin tu tener la necesidad de ir a ninguno de estos países mencionados, todo desde la comodidad de tu casa u oficina, un computador (también teléfono) e internet. Así de simple. Esto lentamente se ha ido impulsando estos últimos 10 años donde van cayendo los paradigmas de estar sentados todos juntos en una oficina trabajando y abriendo la posibilidad del trabajo remoto. Estoy seguro que esto no se detendrá y se expandirá a las universidades, iglesias, entre otras formas de actividad que pueda ser online. Siempre manteniendo el equilibrio. Quedó demostrado ya en 2020 (año donde fue decretada una pandemia mundial) que ...
Acuerdo para la Transición
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LLAMADO A LOS VENEZOLANOS A UN ACUERDO NACIONAL PARA LA TRANSICIÓN
El pueblo de Venezuela vive una de las circunstancias más difíciles
de su historia, a la que ha sido llevado por un régimen que en los
últimos dieciséis años aplicó un modelo fracasado y ha ejercido de
manera impune la antidemocracia; un régimen ineficiente y corrupto que
robó, regaló y despilfarró recursos públicos cuantiosos, con los cuales
se hubiese podido impulsar el bienestar y el progreso de todos, en lugar
de generar la ruina que hoy sufrimos. En fin, el desastre que vivimos
responde al proyecto de una élite sin escrúpulos de no más de cien
personas, que tomó por asalto al Estado para hacerlo totalitario, que se
ha apoyado en grupos violentos y en un militarismo de cúpulas corruptas
para controlar a la sociedad a través de la represión, que degradó las
instituciones y que violentó todo ámbito de la sociedad hasta devastar
la economía y dañar gravemente las bases de la paz.
La precariedad y las tensiones que resultan de esta crisis y la
insistencia del régimen en “profundizar” el modelo que la genera, pueden
llevarnos en muy corto plazo a una emergencia humanitaria y han
deslegitimado en extremo al gobierno. Es claro que el régimen no
resolverá la crisis y que el gobierno de Maduro ya entró en fase
terminal.
Nuestro llamado: construir un acuerdo para conducir la transición en paz
Es la obligación de todo demócrata ayudar a resolver la actual
crisis, defender la libertad, evitar que el ya ineludible derrumbe del
régimen desborde los cauces de la paz y la constitucionalidad y hacer
que la transición, es decir, el paso del sistema superado a uno nuevo
lleno de esperanza, se produzca de la mano de la mayoría de los
venezolanos y nos lleve sin retrocesos a recuperar el espíritu y el
orden democrático.
Asumiendo ese compromiso hacemos un llamado, sin distingos políticos y
trascendiendo las diferencias, para que pongamos en marcha, con la
urgencia del caso, un Acuerdo Nacional para la Transición en el que esté
representada la Unidad de todos los ciudadanos de Venezuela, a través
de las visiones de los trabajadores, los jóvenes, los empresarios, los
académicos, los políticos, los miembros de las iglesias y de la Fuerza
Armada, en fin, de todos los sectores nacionales. Los consensos y
compromisos del Acuerdo Nacional le darán solidez a las decisiones que
deberán ser adoptadas para salir de la crisis en todos los ámbitos; para
armonizar socialmente al país y para asegurar la estabilidad política
en su paso por un proceso que experimentará riesgos, turbulencias y
acechanzas de diverso orden.
A tal fin, proponemos un programa basado en tres agendas de acciones
concretas, el cual se ha alimentado de las contribuciones que han hecho
en los últimos tiempos diversos grupos de valiosos venezolanos. Como
instrumento del Acuerdo Nacional, el programa que invitamos a acompañar y
enriquecer con las perspectivas de todos los sectores, servirá de guía
para superar la crisis y comenzar la reconstrucción del país.
Una agenda política-institucional dirigida a restituir las libertades
conculcadas, la soberanía, la paz social y el Estado de Derecho:
– Restablecer la vigencia plena de las instituciones democráticas y
los derechos humanos, liberar a los presos políticos, facilitar el
inmediato retorno de los exiliados y solicitar del sistema judicial la
apertura de los procesos a que haya lugar para el castigo de delitos
graves cometidos al amparo del poder gubernamental;
– Reponer el ejercicio efectivo de la libertad de expresión y del
derecho ciudadano a informarse sobre la gestión del Estado y revertir
totalmente las violaciones y arbitrariedades cometidas en estos ámbitos;
– Rescatar la autonomía de los órganos del Poder Público, designar a sus directivos por las vías constitucionales y rehabilitar la pluralidad política y la soberanía del Estado nacional venezolano;
– Restituir plenamente la descentralización,
el ejercicio de los poderes regionales y locales y la participación
ciudadana genuina que establecen la Constitución y las leyes;
– Preparar y realizar elecciones presidenciales libres y absolutamente transparentes;
– Asegurar la lealtad y el apego
de la Fuerza Armada Nacional a la Constitución y su desvinculación de
toda injerencia extranjera y actividad político-partidista;
y
– Abrir un proceso de despolarización política y de reconciliación
nacional, que convoque e involucre activamente a toda la sociedad en
la reconstrucción de las bases para la paz.
Una agenda para atender la emergencia social y asegurar la atención eficaz a los sectores más vulnerables:
– Restablecer a cortísimo plazo el abastecimiento normal de alimentos
y otros bienes de consumo esencial de las familias y los suministros de
repuestos e insumos que impiden la operación de las cadenas de
distribución;
– Corregir las fallas de los servicios públicos fundamentales en todo
el país, con especial prioridad en los de electricidad, agua,
saneamiento, gas doméstico y transporte público;
– Garantizar que sean cubiertas las necesidades de salud de todo el
pueblo de Venezuela, atendiendo las fallas y deformaciones existentes en
la gestión de la salud pública y los sistemas hospitalarios; resolver
el desabastecimiento actual de medicinas, insumos y equipos médicos y
suplir los déficits de personal de salud de distintos niveles;
y
– Enfrentar como prioridad de Estado la emergencia de seguridad
ciudadana, desmantelar las redes criminales que proliferaron gracias a
la impunidad y a la complicidad del régimen actual y abordar de manera
integral el problema en sus facetas de prevención, acción policial,
administración de justicia para eliminar la impunidad y elevación de la
eficacia del sistema penitenciario.
Una agenda económica enfocada en estabilizar la economía, recuperar el ingreso familiar y generar confianza en el país:
– Recuperar la capacidad operativa y elevar significativamente la producción de la industria petrolera, revisar los marcos legales y los acuerdos lesivos a la misma y designar una nueva directiva de PDVSA, honesta y con capacidades, para garantizar su funcionamiento eficiente al servicio del país;
– Insertar nuevamente a Venezuela en los circuitos financieros internacionales y obtener de ellos los apoyos económicos necesarios para superar las dificultades del corto plazo;
– Desacelerar el proceso inflacionario actual, asumir una política
cambiaria que promueva la producción nacional y, en general, corregir
los desequilibrios macroeconómicos generados por años de excesos y
corruptelas; restablecer la autonomía del BCV;
poner en vigor un sistema eficiente y transparente para la coordinación
de las finanzas públicas y designar nuevas autoridades de los entes
económicos del Estado, con base en las normas y en criterios de
capacidad y méritos;
– Llegar a acuerdos para la justa reparación de los daños a que hubiere lugar por expropiaciones arbitrarias; revisar
el estado real de todas las empresas no petroleras que acabaron en
manos estatales por la voracidad del régimen y decidir las formas de
propiedad y gestión que ellas deban asumir para asegurar su recuperación productiva.
– Desmontar la maraña de controles
que ahoga a la economía y reconstruir las bases jurídicas y económicas
que son necesarias para atraer la inversión productiva que garantice un
crecimiento estable en el futuro.
Venezuela será lo que los venezolanos hagamos de ella a través del
cambio de rumbo que nosotros mismos decidamos. Ese rumbo estará
asegurado por los consensos y compromisos del Acuerdo Nacional para la
Transición.